Vaya un pequeño prólogo antes de los textos que acompañaban a los cds de Ave César que aparecieron junto con la revista Epopeya. // publicado por: César Fuentes Rodríguez
Forsan et haec olim meminisse juvabit
Virgilio. La Eneida (I, 205)
Te vas a reír, pero cuando pensé en transcribir aquí las últimas palabras del último compilado de Ave César que salió allá por el 2001, como para empezar este recuento desde el lugar donde tuvimos que abandonarlo, no me acordaba de que había deslizado al final, casi como una travesura profética, ese verso latino tomado de La Eneida que significa: “Acaso algún día nos será grato recordar estas cosas”.
Cuando comenzamos aquel programa en la FM NRG, la idea les pareció a los más un tanto peregrina (quizás un término diplomático para "estúpida", seguramente...). Eso de hacer "un circo romano en radio" no parecía tener el menor sentido. Sin embargo, más allá de la aceptación obtenida, para nosotros siempre brindó la ilusión de una metáfora perfectamente clara: había un gran Coliseo, que era la emisora, y una audiencia ávida de emociones fuertes; todos los días se enfrentaban tremendos exponentes y se ofrecían espectáculos fabulosos que iban desde las carnicerías despiadadas hasta los sutiles acentos del teatro. Y como calculamos que la única coincidencia difícil de precisar era la del equivalente de los modernos relatores, nos encantó presidir aquellas jornadas heroicas y profanas en calidad de emperadores devenidos en maestros de ceremonias, con micrófonos en lugar del cetro introductorio.
En efecto, Sergio Choren y yo nos divertimos mucho conduciéndolo, los amigos que siempre se dejaban caer por el estudio, sobre todo en las temporadas de FM Palermo, declaraban pasarla de maravilla, y los invitados ocasionales nunca se quejaron.
Así que cuando decidimos realizar los compilados con la temática del programa para acompañar las ediciones especiales de la revista Epopeya, no me pareció mal narrar una escueta historia de Roma como si se tratara de una colección en fascículos.
Por desgracia, no llegamos a las veinte entregas, nos quedaron tres en el tintero. Hoy aquí, gracias a la magia de Internet, aparecen todas, incluso las que permanecían inéditas. *
Como decíamos entonces, que los logros crezcan a la medida de nuestros sueños, si la voluntad los acompaña... ¡Larga vida al rock and roll!
AVE CESAR 00 - Presentación
AVE CESAR 01 - La Fundación
AVE CESAR 02 - La Monarquía
AVE CESAR 03 - El Enemigo Implacable
AVE CESAR 04 - Las Guerras Civiles
AVE CESAR 05 - La Conquista
AVE CESAR 06 - La Reina De Egipto
AVE CESAR 07 - El Siglo De Oro
AVE CESAR 08 - Los Héroes
AVE CESAR 09 - La Tiranía
AVE CESAR 10 - La Demencia
AVE CESAR 11 - La Insidia
AVE CESAR 12 - El Gran Incendio
AVE CESAR 13 - El Interregno
AVE CESAR 14 - La Luz Y La Oscuridad
AVE CESAR 15 - El Jardín De Las Delicias
AVE CESAR 16 - El Reino Del Terror
AVE CESAR 17 - La Subasta
AVE CESAR 18 - La Orgía (sin disco, sólo narración)
AVE CESAR 19 - El Colapso (sin disco, sólo narración)
AVE CESAR 20 - El Breve Sueño De Los Justos (sin disco, sólo narración)
* [Nota: El sonido de las pistas ha sido mejorado digitalmente donde correspondía. Algunos relatos han sido modificados o corregidos con respecto a la edición impresa. Para la notación temporal, se utilizaron los términos ya ampliamente aceptados de “a.e.c.” (antes de la era común) y “e.c.” (era común), en lugar de los vergonzantes “antes de Cristo” y “después de Cristo”, que por suerte parecen ir camino a la extinción entre los historiadores. La estimación tradicional de Dionisio El Exiguo sitúa la fundación de Roma en 753 a.e.c., pero el eclesiástico parece haberse equivocado en el cálculo y una fecha más correcta sería 748 a.e.c.]
Una reconstrucción de Roma en 320 e.c.
La fecha es significativa. En 313 se había firmado el edicto de Milán que abría paso a la influencia del cristianismo sobre las demás religiones. Se ve en la maqueta la Basílica de Majencio (llamada así porque se construyó sobre los cuarteles del derrotado emperador) y donada por Constantino a la Iglesia. En 325 se celebra el Primer Concilio de Nicea, presidido por el mismo emperador Constantino (¡ningún papa sino el emperador!). Para 380, cuando el infame edicto de Tesalónica es proclamado, el imperio se declara oficialmente cristiano y toda libertad religiosa desaparece. De modo que la reconstrucción muestra uno de los últimos momentos en que Roma fue Roma y justo antes de dejar de serlo.