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GARGANTAS PROFUNDAS (Parte 5)

17 de Julio de 2015 // Hispanoamérica A Gritos

GARGANTAS PROFUNDAS (Parte 5)

Parte final del informe sobre vocalistas con exponentes de España y Latinoamérica // publicado por: César Fuentes Rodríguez

Leo Jiménez Elkin Ramírez Paul Gillman Adrián Barilari

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ADVERTENCIA INSOSLAYABLE: Este informe fue preparado para la revista HEAVY ROCK en 2007. Esto significa dos cosas: que está mayormente desactualizado y que contiene algunos españolismos en el lenguaje. No obstante, trata de los cantantes que hicieron la historia grande del género y aún puede leerse con provecho más allá de estas salvedades.

 

 

 

HISPANOAMÉRICA A GRITOS

 

Con toda la tradición del rock a cuestas y el metal por bandera, los grupos surgieron tempranamente a los dos lados del Atlántico y se multiplicaron a lo largo de las décadas. El expediente de cantar en inglés (idioma natural del rock) o en castellano sigue siendo un tema candente y discutido. Algunas bandas prefieren el inglés por sentirlo más cerca de su sensibilidad o más natural para el género mientras que otras lo ven como apenas como una herramienta para insertarse en el nutrido mercado internacional. Lo que no se discute es la variedad y calidad de los exponentes que han surgido en España y Latinoamérica desde los comienzos mismos de la movida.

 

 

La Cuestión del Idioma

Cada tanto se escuchan opiniones curiosas acerca de que los grupos de raíz hispana que cantan en inglés son vagos que no quieren esforzarse. Como decía un colega la vez pasada:"Inglés chapurrea cualquiera. En cambio, hacer una buena canción con letra en castellano, y que esa letra suene bien, musical, y tenga sentido, no es algo fácil de hacer”. Este concepto realmente puede pillar a más de uno por sorpresa. ¿Es realmente un vago el que se toma el trabajo de aprender un idioma no materno a la perfección para componer e interpretar una letra? ¿Y cómo puede ser que escribir una canción en castellano resulte más difícil para el nativo que una letra en inglés? ¿Es que los hispanohablantes somos líricamente inadecuados?

Habría que empezar por desechar la noción de que los que optan por el inglés "chapurrean", o practican algo semejante a una parodia de inglés del que no sabe inglés. Arrecia el prejuicio, y por eso a veces se escuchan sandeces superlativas como la que supone que el de Cervantes es un idioma más rico que el de Shakespeare, y por eso el inglés resulta más fácil de usar. Invariablemente, los que afirman esto no conocen a fondo ninguna de las dos lenguas. Como suele ocurrir, es más bien el idioma el que determina el género musical. Sin duda resulta más fluido el proceso de escribir letras de tango o salsa en castellano que en otro lenguaje, porque fue el propio lenguaje el que condiciónó esos géneros desde un principio. Y lo que no puede negarse es que entre el rock y el inglés hay un vínculo indisoluble, que también está en el origen. Es por eso que para muchos cantar en inglés es una opción con su propio valor estético. Una elección que de algún modo vuelve a las raíces. Acaso escribir una letra de rock en inglés tienda a resultar más sencillo por la propia naturaleza del inglés… y del rock.

Por supuesto, siempre habrá zonas grises. Las letras de Joaquín Sabina haciendo rock and roll no dejan de sonar a cantautor. Y las baladas acústicas de Bob Dylan retienen un inefable sabor de rock and roll.

El idioma depende no solamente de sí mismo como vehículo expresivo sino también del mensaje y la intención. Si la intención es ante todo estética, pueden servir otros idiomas (desde el latín hasta lenguas artificiales como el esperanto). En cuanto al mensaje, no hay ningún motivo para tener que expresar un pensamiento universal con un matiz localista. Como toda frase hecha, lo de “pinta tu aldea y serás universal” se trata apenas de un recurso para no pensar. El arte como oficio es ante todo un conjunto de elecciones personales. Condicionar esas elecciones es a menudo limitar el arte, impedirle crecer y desarrollarse.

El punto es que en estos tiempos de globalización ocurre lo mismo que ocurrió muchas veces antes. Durante siglos el latín fue un idioma universal, y los individuos cultos de los pueblos más dispares echaron mano de él para entenderse de forma más inmediata. Lo mismo ocurrió en extensas zonas del Oriente Próximo con el griego, y no vale la pena abundar con más ejemplos. Le pese a quien le pese, y sin importar los motivos históricos, el inglés cumple hoy ese rol. Por cierto que dentro del Metal hay más bandas que cantan en inglés que en los demás rubros del rock, y se han escrito letras estupendas que no necesitan ser expresadas en castellano, ni requieren de particulares códigos localistas o idiomáticos para transmitir ideas y conceptos poéticos. Por desgracia, no escasean las letras de bandas de rock (y Metal) en castellano cuya pobreza de forma y contenido a menudo hacen ruborizar hasta las raíces del pelo. Entonces, ¿vale más una pésima letra en idioma vernáculo que una digna letra en inglés? ¿Se le hace algún favor al castellano de esta manera?

Aquí no se trata de dar lecciones o señalar con el dedo para marcar ningún camino. Ya mencionamos lo de las elecciones personales, y no está de más repetirlo. Aunque, por mi parte, siempre voy a preferir a un hispanoamericano cantando en inglés por propia inclinación, que cantando en castellano por la presión del entorno. Del mismo modo que prefiero a quien canta desde adentro con el idioma que su sensibilidad le dicta, que al que le pone a sus canciones el lenguaje que mejor se adapta a las oportunidades del mercado.

 

 

 

Sólo Algunos de los muchos…

 

JOSÉ LUIS "SHERPA" CAMPUZANO

La voz mítica de Sherpa es inseparable de la experiencia del Metal en castellano, como también la de Carlos De Castro, su compañero en Barón Rojo, y otros cantantes españoles que en los ochentas dejaron un molde repujado en el oro del panorama de la música pesada. Vayan los nombres de Oscar Sancho (Lujuria), Fortu (Obús), Juan Gallardo (Ángeles Del Infierno), José Antonio Manzano (Niágara, Manzano, Banzai), Toni de Sangre Azul, Miguel Oñate (Asfalto), Manuel Martínez (Medina Azahara) o José Carlos Molina (Ñu) para comenzar el recuento del inmenso aporte de los vocalistas españoles a la sangre viva del género en un estadio de algún modo temprano e invalorable. Es claro que la voz cálida y firme de Sherpa está ligada de manera inextricable con el portentoso valor poético de las letras de Barón Rojo durante aquellos años dorados en que "Larga Vida Al Rock And Roll" (1981), "Volumen Brutal" (1982), "Metalmorfosis" (1983), "En Un Lugar De La Marcha" (1985), "Tierra De Nadie" (1987) y "No Va Más" (1988) se convirtieron en himnos a ambos lados del Atlántico con letras coreadas a voz en cuello por las audiencias más fieles del espectro.

 

 

CARLOS TARQUE

Aunque nacido en Chile, el líder y fundador de M-Clan (junto con Santiago Campillo) realizó la mayor parte de su carrera en España. Fueron ante todo sus dos primeros discos con la banda murciana, "Un Buen Momento" (1995) y "Coliseum" (1997), los que cimentaron su reputación. Heredero de vocalistas clásicos como Rod Stewart, John Fogerty o Joe Cocker, sus cualidades para el rock and roll directo y no exento de vuelo nostálgico resultan inmejorables. Eventualmente sus performances se han ido apartando de la intensidad inicial y desplazándose a territorios más cercanos al pop, el folk rock o la balada, pero su talento, siempre requerido, ha sido aprovechado a través de numerosas colaboraciones con grupos y artistas como La Tercera República, Ariel Rot, Sol Lagarto, Teddy Baxter, Fito & los Fitipaldis, Pereza o Jarabe de Palo, y se destaca su papel al frente de Rollers, la banda de covers con la que versionaba grupos de todos los tiempos como The Band, Status Quo, Paul Weller o Georgia Satellites.

 

 

ADRIÁN BARILARI

El cantante emblemático de Rata Blanca tiene méritos de sobra para lucir y una solvencia que le permite ir sin desmayo desde el material más intenso hasta las caricias más suaves de la balada a través de las tres horas o más que duran ocasionalmente los recitales de su banda. Su paso a la notoriedad se dio en "Magos, Espadas Y Rosas" (1990) y su intervención consolidó el enorme éxito de la banda de Walter Giardino en Argentina y hacia el exterior. Luego de un paréntesis en que su puesto fue ocupado sucesivamente por Mario Ian y Gabriel Marián, Barilari retomó en el nuevo milenio su papel de frontman con el regreso de la banda y revalida los créditos en cada disco. No sólo eso, su carrera solista en paralelo también ha despegado con la reciente edición de "Abuso De Poder" (2009) donde se aventura en un concepto sensiblemente más moderno y oscuro, con sonido demoledor, letras comprometidas y su voz al tope de las posibilidades, a punto tal que ha tomado por sorpresa a fanáticos y despistados por igual.

 

 

ARTURO HUIZAR

Luzbel, banda pionera en el paisaje del Metal mexicano, se destacó ante todo gracias a un cantante impar de voz firme y rica en sutilezas melódicas. El primer EP, "Metal Caído Del Cielo" (1985), resultó apenas el aperitivo para la revelación de "Pasaporte Al Infierno" (1986), aunque luego vendrían las desavenencias y las fluctuaciones. Huizar se alejó por problemas de salud y fue relevado por Juan Bolaños, pero después regresó para integrar una formación con el nombre cambiado a Lvzbel por problemas legales, con un disco notable como "Evangelio Nocturno" (1998) como credencial. Mientras tanto, para aumentar la confusión, en 2004 retorna el Luzbel propiamente dicho de Juan Bolaños. Como sea, Arturo Huizar ha destacado por su caudal y afinación entre los vocalistas de raíz hispana, y basta comprobarlo en canciones como "Kirieleison" o "Guerrero Verde". Su aporte se ha acentuado a través de una carrera solista que incluye ya cuatro álbumes.

 

 

YOSI DOMÍNGUEZ

Con la atomización de los géneros y los estilos, y el florecimiento de las escenas locales de cada país, surgieron bandas que practican rock a secas, muy difíciles de encuadrar en tendencias o escuelas, a menudo con tintes contestatarios o de crítica social. En España le llaman "rock estatal" o "rock urbano", en Argentina "rock argento" y quizás existan otras tantas etiquetas similares en cada región que designan una generalidad sin definir su objeto. Sus vocalistas suelen apelar más al carisma que al aspecto técnico pero el efecto sobre las hordas de seguidores resulta de cualquier modo innegable. Así, Robe Iniesta de Extremoduro, Rosendo Mercado, Kutxi Romero de Marea o el Drogas de Barricada en España, Chizzo de La Renga, el Indio Solari de los Redonditos De Ricota o Ricardo Mollo de Divididos en Argentina, Alex Lora de El Tri en México, Sebastián Teysera de La Vela Puerca en Uruguay, Beto Cuevas de La Ley o Jorge González Ríos de Los Prisioneros en Chile y tantísimos otros se convirtieron en personajes reconocibles como el que más tras el micrófono con méritos irregulares pero mucho empuje con la gente. Yosi Domínguez sirve para el caso como ejemplo de la tenacidad y el talante propios de estas bandas desde aquel comienzo de 1982 con "Esta Vida Me Va A Matar"

 

 

JAF

Juan Antonio Ferreyra deslumbró al público argentino cuando se hizo cargo de las voces del mítico Riff en 1985 con un timbre que cruzaba los genes purpleanos de Gillan y Coverdale. Aquella garra y buen gusto iniciales no se perdieron pero mutaron a través de los años hacia las baladas delicadas y el rock and roll más básico en una carrera solista que lo lleva por todo el país realizando 200 shows por año desde hace tres lustros. Quedan para el asombro y la emoción temas como "Elena X", "Maravillosa Esta Noche" (el cover de Eric Clapton), "La Misma Mujer" (una versión del tema de Rata Blanca absolutamente descollante) y la más reciente "Cartas Amarillas", en la que se pone en la piel de Nino Bravo como uno de los pocos rockeros capaces de hacerle justicia a la garganta mítica del valenciano. El reconocimiento más allá de las fronteras de la Argentina es una deuda pendiente para la escena de habla hispana.

 

 

ENRIQUE BUNBURY

Las voces oscuras, graves, tonantes, en la estela de Eric Burdon, Jim Morrison o Wayne Hussey (The Mission) tienen su contrapartida latina en la figura de Enrique Bunbury. El enorme suceso de Héroes Del Silencio a partir de mediados de los ochentas se debió en no poca medida a su garganta profunda y cargada de acentos dramáticos. La cumbre de "Senderos De Traición" (1990) se vio continuada por una dirección cada vez más fuerte y rockera, que Bunbury engalanó con interpretaciones a la altura de las circunstancias. A partir de 1997, su etapa solista se desarrolló con rumbo incierto, a menudo coqueteando con estilos dispares como psicodelia, electrónica y música étnica, y fluctuaciones en la aceptación por parte de la crítica y el público. La calidad de su voz, sin embargo, nunca estuvo sujeta a discusión.

 

 

ELKIN RAMÍREZ

Kraken, el mayor exponente del metal colombiano, cuenta con la voz de Elkin Ramírez para conmover al oyente típico del género con todos los recursos propios de un vocalista forjado en la tradición pesada. Tan pronto su garganta va en busca de los agudos de rigor y los arrebatos del falsete como profundiza en los estrofas más aguerridas reafirmando que se trata de una de las gargantas más completas en lo que a hard rock y heavy metal sudamericano se refiere. No en vano su interpretación ha sobrevivido a momentos acústicos o sinfónicos con acompañamiento de orquesta y la fama ha trascendido fronteras en el continente, con sus correspondientes tributos a la banda.

 

 

DIEGO VALDEZ

Considerado como una especie de Jörn Lande argentino por su participación simultánea en numerosos proyectos y la gran cantidad de bandas que lo requieren, el gigante Diego Valdez tiene la capacidad de adaptarse a cada propuesta con una flexibilidad que parece ilimitada, e incluso puede cantar en castellano o en inglés con gran solvencia según el caso. Así, entre sus discos más recientes, "Beheading The Liars" (2008) con Skiltron lo encuentra entonando fieros himnos de batalla en una mixtura perfecta de power y folk metal, mientras que "Secretos" (2008) con Eidyllion le permite explorar acentos más acordes a los aires progresivos e intimistas del material, lo cual no quita que se despache al final de la placa con una versión sorprendente del "You're The Voice" de John Farham. Mientras tanto, el semillero de vocalistas argentinos sigue dando satisfacciones más allá de nombres consolidados en la escena metalera local como Walter Meza (Horcas), Iván Sencion (Watchmen, Jerikó), Carlos Périgo (Predador), Javier Barrozo (Magnos), Carlos Cabral (Tren Loco), Santiago Bürgi (Fughu) y un impresionante etcétera.

 

 

JOSÉ ANDRËA

El éxito de Mägo De Oz en el mercado hispanohablante pudo haber cogido por sorpresa a los desprevenidos, pero quienes ya se habían asomado al humor de "T'Esnucaré Contra El Bidé" o "Polla Dura No Cree En Dios" no se tomaron a broma el ascenso de la banda de Txus. José Andrëa, nacido en Bolivia pero criado en Madrid, entró para la época de "Jesús De Chamberí" (1996) y desde entonces no ha hecho más que cimentar su fama de vocalista de estirpe dentro de uno de los proyectos más locos y fructíferos de la escena. Sus nominaciones y premios en las encuestas de cada año no pueden obedecer a casualidad alguna. Junto con Ángel San Juan (Tierra Santa), Víctor García (Warcry), Ramón Lage (Avalanch) y, por supuesto, Leo Jiménez, se ha convertido en uno de los frontmen más reconocidos del power metal español.

 

 

CARLOS ESCOBEDO

Para una banda como Sôber, que en su periplo de diez años recorrió etapas no dispares pero sí diferenciables y pasó de lo alternativo al nü metal, de lo vagamente convencional a lo (apenas) extremo, la voz de Carlos Escobedo resultó una carta decisiva. Más allá de cierta ductilidad, Carlos aportó un sabor moderno a su oficio que le guiñaba el ojo a los modelos del día y se apoyaba en una dicción perfecta que no dejaba para el oyente ni una sílaba en la oscuridad. Acaso las acusaciones de excesiva proximidad con el estilo de Maynard James Keenan de Tool no hayan sido tan significativas, después de todo, teniendo en cuenta que Carlos tuvo oportunidad de darle desarrollo y vuelo a su estilo. En tal sentido, no será fácil encontrar una voz así en el panorama alternativo español, con la habilidad de poner énfasis en cada punto de la melodía antes que en el desgano buscado como efecto o la agresión gratuita. El compilado "Grandes Éxitos 1994-2004" (2005) cierra de algún modo un capítulo que por el momento no tiene continuación pero permite apreciar con la distancia debida el legado de Sôber y el perfil individual de su vocalista.

 

 

PAUL GILLMAN

El heavy metal venezolano tiene un nombre excluyente a la hora de hablar de vocalistas, se trata de Paul Gillman, que militaba en el grupo Arkangel y se convirtió en referente desde su homónimo primer álbum de 1981. Sin embargo, luego de dos álbumes más, Paul decide abandonar la banda cuando percibe que el resto de los integrantes prefieren encaminarse hacia un sonido más comercial. Tanto en la música como en el mensaje, caracterizado por sus críticas sociales y políticas, se decanta siempre por lo más duro y el alejamiento lo lleva a formar su propio proyecto, Gillman, con el cual suma ya más de veinte años de carrera (aunque con lagunas e interrupciones de actividad). Tan emblemático es Gillman en su país que, llegado el momento, contrató a Derek Riggs, el famoso creador del Eddie de Iron Maiden, para que ideara una mascota digna del grupo; surgió así Guaicaipuro Cuauhtemoc, cacique indígena, mezcla y común denominador de todas las tribus indígenas del continente americano, que ha regresado para tomar venganza del hombre blanco por el saqueo de sus tierras y el genocidio de su gente. No extraña que Paul se haya convertido en todo un vocero de la revolución bolivariana y defensor del presidente Hugo Chávez.

 

 

LEO JIMÉNEZ

Difícilmente Saratoga habría llegado a la notoriedad sin la intervención de un joven de 19 años proveniente de Fuenlabrada que le hizo abrir los ojos y caer la mandíbula a cualquiera que le pusiese el oído a la banda a partir de aquel "Vientos De Guerra" (1999) y sobre todo de "Agotarás" (2002), donde el grupo ya había consolidado una dirección y un peso compositivo determinado. El impacto de la voz de Leo Jiménez sólo puede medirse en términos de sorpresa por el rango, el caudal y la contundencia de su garganta. Volcado a su proyecto paralelo, Stravaganzza, cuyo estilo apunta más hacia un heavy metal de corte gótico, progresivo y sinfónico con influencias del metal extremo de los noventas, decidió dedicarle más tiempo y abrirse de Saratoga en 2006, donde fue reemplazado por Tete Novoa. La complejidad de Stravaganzza le sumó relieves a su interpretación y hasta enriqueció su escena en directo con expresividad creciente.

 

 

AZUZENA DORADO

No está mal acabar este informe dándole lugar una vez más a la mujer en el rock y recordando a la que fuera la voz femenina más conocida del heavy español de los ochentas. A la madrileña Azuzena Martín-Dorado Calvo, nacida en el seno de una familia de artistas de flamenco, con su estampa y su garganta salvaje, no en vano la llamaban "La felina de Vallecas". Militó en Santa junto a Jero Ramiro y le puso su impronta rasgada y caliente a "Reencarnación" (1984) y "No Hay Piedad para los Condenados" (1985), antes de que las discrepancias la alejaran para ser sustituida por la argentina Leonor Marchesi. No tuvo mayor suerte en su carrera solista; acaso haya influido el desencanto de su público por la dirección más comercial que la discográfica le sugirió en algún momento. Retirada de la escena tempranamente, se dice que soportó una larga enfermedad y un 31 de enero de 2005 fue hallada muerta en su hogar. Una historia triste, de promesas y frustraciones, pero los homenajes recientes ofrecen al menos un epílogo optimista a la memoria de una de las vocalistas más impactantes del heavy metal de cualquier parte. Verla en un vídeo cualquiera de aquellas épocas, es darse cuenta de porqué uno está en esto con una pasión que no cesa.

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