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El Embrujo Feroz De Una Misa Negra

11 de Octubre de 2013 // BLACK SABBATH - MEGADETH - HORCAS (Estadio Único de La Plata, 6-10-2013)

El Embrujo Feroz De Una Misa Negra

Fue más que un gran show. Se produjo la confluencia ideal de las circunstancias, el peso de lo legendario y la alegría de la perfección. Black Sabbath cumplió el sueño de los fans del género en la Argentina y quien haya estado presente en el Estadio // publicado por: César Fuentes Rodríguez

El primer día genuino de primavera tenía que ser, con un cielo sin nubes y el sol brillando a pleno sobre los grupos de metaleros que se demoraban en el pasto del bulevar riendo y tomando mate en dulce reunión mientras las columnas de pelilargos se desplazaban indolentes por la avenida 32 con la euforia hecha deseo hacia el Estadio Único, un lugar excepcional para realizar tamaño concierto, amplio, cómodo y con el escenario visible desde cualquier punto. Más tarde probaría también contar con un sonido estupendo además del marco distintivo que le otorga su toldo circular.

A Horcas le tocó hacerse cargo de la transición entre el atardecer y la noche, y a las 19 hs. ya estaba Walter Meza arengando a la multitud e invitando al pogo. Un núcleo bullente se abrió adelante, en el campo VIP, mientras tres vórtices equidistantes brotaban más atrás, en la alfombra humana del general, y la gente seguía entrando con la promesa de un lleno total. Potentes y ajustados sonaron "Existir Por Existir", "Familia" y "Esperanza" en vísperas de un nuevo álbum de estudio que ya se titula "Por Tu Honor". Con las portadas de "Vence" y "Eternos" a la vista, la banda anunció que la gira está llegando a su fin, y "Vencer" fue dedicada a la memoria de Osvaldo Civile y a los amigos que ya no están. "¡Somos hijos de Black Sabbath!", apostrofaba el cantante, y Horcas levantó a la audiencia entera aun antes de que el cierre con "Argentina, Tus Hijos" la hiciera vibrar.

A las 20 hs. fue el turno de Megadeth, que realizó un set de 50 minutos con clásicos y sin sorpresas. El Colorado y los suyos se valieron de su condición de mimados tradicionales del público local y de su condición de soportes de lujo para ofrecer un show compacto y sin fisuras que no podía fallar. Sobrio y animado a la vez, Mustaine se dirigió a la gente con la confianza que da el territorio conocido. Desde la apertura con "Hangar 18" las pantallas crearon un tapiz de colores digitales que relumbraban en el frenesí de decenas de paneles mientras las guitarras se convertían en artífices de la pirotecnia sonora. "Wake Up Dead" y "She-Wolf" marcaron los momentos más gancheros y coreados de la primera parte, y entre canciones aparecían breves escenas de películas conocidas donde actores como Dana Carvey o James Franco citaron a Megadeth. Afortunadamente, el listado sólo incluyó a "Kingmaker" del mediocre y reciente "Super Collider", y fue a partir de ese punto donde todo se puso más jugoso. "Symphony Of Destruction" desató el ritual "Megadeth... Megadeth... ¡aguante Megadeth!" de la afición, y luego el arranque solitario del bajo de Dave Ellefson la ceremonia se precipitó en el ida y vuelta de "Peace Sells...". Al final, la ominosa figura de Vic Rattlehead se paseó sobre el escenario ataviada con uniforme verde oliva y galones militares, antes de que "Holy Wars... Punishment Due" impusiese su sello y la despedida, prolongada con grabación de "My Way" en los parlantes y besos de Mustaine para todo el estadio.

 

Antes de que muchos pudieran reaccionar, sirenas y luces anunciaron a Black Sabbath en el escenario. Pasado el cuarto de las 9 de la noche, el clamor acompañó los primeros acordes de "War Pigs" y los ramalazos azules y rojos abrieron paso a los músicos que a partir de ahí se lanzarían a un desfile tan soberbio como evocador de un pasado remoto y vigente como nunca. Quienes presenciaron hace unos años el recital de Heaven And Hell en el Luna Park recordaban sin duda la solvencia inaudita de Geezer Butler en el bajo y el desempeño magistral de la guitarra de Tony Iommi. Para ellos y para otros tantos, la sorpresa de la noche fue Ozzy, que más allá de su habitual caminata al borde del escenario a izquierda y derecha del micrófono con los hombros encorvados, agitando las manazas e incitando a los fans a volverse locos, se encuentra a sus casi 65 años en estupenda forma vocal y física. Las cerca de dos horas que duró el concierto mantuvo a la muchedumbre entusiasmada y feliz mientras desgranaba clásicos y novedades por igual con voz serena y que no conoció dobleces. Incluso se permitió rasgos de humor como la introducción de "Snowblind", canción que habla notoriamente de la cocaína ("¿Coca Cola? No... no realmente") y hasta algún despiste gracioso, como cuando le arrojaron una bandera de Brasil desde el público y se envolvió en ella ante el desconcierto de la multitud.

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En efecto, el repertorio se concentró en los primeros cuatro discos y saltó directamente al presente a través de tres temas del aclamado "13", con la refrescante excepción de "Dirty Women", de "Technical Ecstasy", aderezada con imágenes vintage de leve tono erótico y sórdido. Seguramente cada quien tendrá sus preferencias. Yo hubiese cambiado de mil amores "Into The Void" o "Rat Salad" por alguna joya de "Sabotage" o "Sabbath Bloody Sabbath" pero la intención, ya desde el nuevo disco, era evocar la atmósfera primigenia y funeral del álbum debut y los años de descubrimiento iniciático de la banda. Por eso es que temas rancios y oscuros como "Under The Sun" y "Behind The Wall Of Sleep" se combinaron tan naturalmente en el set con los actuales "Age Of Reason" y "The End Of The Beginning".

El caso fue que todo sonaba majestuoso, atronador, descomunal... Y no hubo un solo instante que pareciese superfluo o fuera de lugar. Tony Iommi manejó la secuencia inaudita de riffs inmortales como una vasta e inesperada suite que disparaba recuerdos y sensaciones en una audiencia que masiva o individualmente viajaba deslizándose sobre sus cuerdas hacia el tesoro de la revelación y el secreto de la experiencia. Breve y electrizante resultó el solo de bajo de Geezer Butler, y así mismo aplaudido por el público con intensidad. Y también el de batería del barbado Tommy Clufetos, enérgico cuanto eficaz, aunque un tanto extenso, si uno se pone a pensar que se trata apenas de un músico de gira. Sin duda la idea era concederle un respiro a los tres originales y no dar que pensar sobre Bill Ward, el prócer ausente y sin duda la única sombra que podría empañar esta extraordinaria reunión.

Las pantallas se partían al medio poniendo a un lado las caras de Ozzy o el diapasón de la guitarra de Tony y del otro imágenes de líderes políticos y religiosos con su obligada carga de morbo y desolación. La cabalgata de "Children Of The Grave" llevó el trance al borde del paroxismo, y casi sin que mediara respiro las luces se encendieron para el gran final con "Paranoid" y el delirio renuente de la muchedumbre que sabía que era la última parada antes de la melancólica desconcentración por las arterias de La Plata hacia la autopista.

Quizá haya otro álbum de estudio para la banda, quizá no. Acaso se dé la oportunidad de otra gira contra el pronóstico de la enfermedad, el cansancio o el propio genio de los integrantes. O tal vez no. Pero lo que es seguro es que ya no se producirá un momento semejante a éste, humano e histórico en su trascendencia y sólo igual a sí mismo, que te lleve hasta los cimientos de la música que amamos y te traiga de nuevo a la lucha cotidiana luego de comulgar con la leyenda. Sólo se vive una vez. Y si te lo preguntan, podrás decir que viste a Black Sabbath.

 

Setlist BLACK SABBATH

War Pigs

Into the Void

Under the Sun/Every Day Comes and Goes

Snowblind

Age of Reason

Black Sabbath

Behind the Wall of Sleep

End of the Beginning

Fairies Wear Boots

Rat Salad (seguido del solo de batería de Tommy Clufetos)

Iron Man

God Is Dead?

Dirty Women

Children of the Grave

(Intro Sabbath Bloody Sabbath)

Paranoid

 

Setlist MEGADETH

Hangar 18

Wake Up Dead

In My Darkest Hour

She-Wolf

Sweating Bullets

Kingmaker

Tornado of Souls

Symphony of Destruction

Peace Sells

Holy Wars... The Punishment Due

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